Ir al contenido principal

Un poema de Nguyên Tiên Hoàng

RÍO HÀN

Estuve allí una mañana, podría haber sido este mismo rincón
la orilla abierta atenta al agua plateada-temblorosa-calma-fluida-veloz
el agua y sus detritos
antes de la guerra antes de las multitudes de máscaras

La mujer del ferry es el ahora: un barco ligero, una hoja,
luz y agua, patrones de pequeños gritos
que invaden estuarios de cañas, sapos, ranas, chinches

La voz del río cruza una ciudad embelesada
Ella y su carga navegando la mañana incesante
bajo el sol quieto que arde en un estado mental-recayendo en su locura sin sentido

Estuve allí una mañana, podría haber sido este mismo rincón
Yo podría haber sido el ciego que deambula por la ciudad cruzando sus muchas puertas
o Heráclito, quien podría haber sido la comadrona
la mañana que nací
La mujer del ferry podría haber sido mi joven madre
su hijo una foca de río
que acaba de perder su rama de roble

Cogiendo con fuerza mis manitas de niño bajo la arjuna gigante
una mujer enorme y luminosa que hablaba la única lengua que yo conocía
columnas de luz columnas de sonido una estación de tren, cabecera
de un tren de vapor que se bamboleaba incluso parado, rojo y negro, brillante
Me caí al golpearme con un perro amarillo, un rasguño en la frente abierta
Así probé el fluido del accidente, algo sin nombre, aún por ser nombrado

Tú hermana tú cargabas con el cielo sobre las aguas -debe de ser pesado-
“guerra” es una palabra que no sabía deletrear o quizás rechazaba pronunciar
Agua, agua, en el patio de la noche los niños del barrio

bailaban a mi alrededor rostros y linternas medio encendidos
sostenían sus cuencos de barro rotos
con los ojos soñadores cerrados las manos moviéndose en la pura blancura

Tú, hermana río, madre río, vosotras estábais allí enseñándoles
a iluminar cada paso, a moverse con ligeros pasos silenciosos

Comentarios

Entradas populares de este blog

Dos poemas de Daniel Jonas

 EL MEMBRILLO El membrillo por sí solo ya merecería un poema. No su flácida mermelada,  esa mutilación empalagosa, esa abyecta humillación de un fruto compacto, deslucido, brutal, sino el membrillo protuberante, poderoso, sin sentimientos puesto a secar en un tendedero, combándose bajo tan pesado sol.  UN JARRÓN VACÍO Un jarrón vacío espera una planta, algo que lo sustente, justifique ante el ojo impaciente. Un jarrón vacío vela su vacío la planta que fue o que será.  Humillándose de lluvia. 

Poemas de Bora Cosic

  DOS POEMAS SOBRE LA TRADUCCIÓN 1 Ese taxi americano al que se subió el poeta Charles Simic junto a su hija invisible no es el mismo de la traducción de Enzensberger. La diferencia está en el tipo de tráfico en la longitud de las calles y en la gramática. Porque todo vehículo que atraviesa el Océano de la lengua lleva a bordo un pasajero nuevo con ideas nunca antes vistas. Así recibo de mi país las noticias sobre mi desaparición como tras el hundimiento de un barco. Por eso me aferro a la traducción libre gracias a la cual todavía camino vivo por Berlín.   2 En la estación Zoo llevando una bolsa ligera como un periódico busco mi compartimiento en el tren a Dresde como una bolita que busca su agujero en el flipper. Hace medio siglo los ojos de los niños en los Balcanes se regocijaban con el incendio de una ciudad. Después ocurrió el cambio como cuando una barca entrando del canal en el nivel más bajo del río descubre una nueva salida con la ayuda de un cabrestante y otros sabihondos di

Un poema de Subhash Jaireth

  La mesa vacía (Subhash Jaireth)     He vaciado mi mesa y pronto me iré en busca de un otoño  más dorado y menos húmedo.   Ya no se escribirá ningún poema sobre esa mesa, no volveré a redactar ninguna carta a ningún amigo, el papel permanecerá en silencio sin apelar ni preguntar, sin tentar a nadie.   Esa mesa vacía ya no será la mesa.   Amigo Rainer Maria: últimamente  camino en lugar de escribir y hablo en prosa de la que voy en busca de pan y té y azúcar y leche y miel y espero a que mi hijo   venga a sentarse en silencio (taciturno, tristón y algo molesto) para decirle por fin:  aquí estás, aquí estoy, todo es muy difícil pero todo está bien.   Lo siento, amigo; siento que hayas entrado en mis poemas cuando la vida lentamente los abandona, cuando todas las palabras de mi diccionario se han convertido en sinónimos de derrumbe y penuria.