Los marroquíes con las alfombras parecen santos y sin embargo son mercaderes. * Ahora que el tiempo parece todo mío y nadie me llama para la comida ni la cena, ahora que puedo quedarme mirando cómo se deshace una nube o cómo se destiñe, cómo camina un gato por el tejado en el lujo inmenso de una exploración, ahora que cada día me espera la ilimitada largura de una noche sin llamada y no hay ya razón para desnudarme con prisa y descansar en la cegadora dulzura de un cuerpo que me espera, ahora que la mañana no tiene comienzo y silenciosa me permite dedicarme a mis cosas, a todas las cadencias de la voz, ahora querría de pronto la prisión. * Después de años de tormentos y arrepentimientos lo que descubro y lo que me queda es una banalidad fresca e indigesta. * Si ahora tú llamaras a mi puerta y te quitaras las gafas y yo me quitara las mías que son iguales y después entrases en mi boca sin temor a besos diferentes y me dijeras “Amor mío, ¿qué ha pasado? sería una obra de teatro de éxit
PRÓLOGO De un tiempo a esta parte, amor mío, mi capacidad auditiva no es la misma y sucede que no escucho todas tus palabras. pero tú eres tan hermosa como el silencio que me rodea. de un tiempo a esta parte, tampoco los ojos me sirven de gran cosa. pero tú, amor mío, sigues siendo hermosa incluso en la oscuridad. un bello día perderé también el resto del cuerpo. pero entonces, amor mío, serás tú mi nuevo cuerpo y regresaré a ti al atardecer como una abeja ciega y sorda vuelve a su colmena. EL DERECHO A SER OLVIDADO Tras ejercer el derecho a ser olvidado después de que borrasen cualquier referencia a mi nombre en el espacio virtual compruebo con sorpresa que no he dejado de existir, amor mío, incluso olvidado sigo siendo el mismo, sería de una enorme ingratitud no admitir que morir ahora me resultaría mucho más fácil con los pies besados por las olas mientras, por un instante, me olvido pura y simplemente de que estoy echado y doy los primeros pasos gotas