El señor Tau en un paisaje marino

(Un poema de Katerina Iliopoulou)

Ha recogido un guijarro de la orilla
y observa que presenta el notable atributo
de carecer de interior y exterior como cosas diferenciadas.
Entonces dado que no puede pensar en otra cosa
decide que el guijarro es el enemigo del mundo
y lo arroja tan lejos como puede.
El guijarro al caer crea lo que podemos llamar
"un agujero en el agua".

El señor Tau siente una atracción descomunal
y una envidia inexplicable hacia el guijarro.
De modo que decide tomar otro y metérselo en la boca.
Al principio resulta salado.
Es algo marino.
Enseguida deja de saber a nada.
Una dura masa de silencio dentro de su boca
que engulle su voz.

Para su sorpresa, sin embargo, descubre
que incluso sin voz es capaz de hablar.
Evidentemente sus plegarias han sido atendidas.
Una bandada de aves marinas se posa a sus pies.
Cuando reemprenden el vuelo, dejan tras de sí
un texto ilegible.
El señor Tau se inclina y comienza de inmediato a estudiarlo.

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