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Con sinceridad

Con sinceridad


(Algunos poemas de Gintaras Grajauskas)



CON SINCERIDAD

si fuéramos realmente sinceros
no hablaríamos tanto acerca de la sinceridad

de hecho hablaríamos menos
o no hablaríamos en absoluto

si fuéramos realmente sinceros
diríamos «mis más fingidas condolencias»

o «no te acompaño en el pésame»
«falsamente tuyo
                          Grajauskas»

sobre todo hablaríamos mucho menos

lacónicamente

dejaríamos de decir: cómo te va la vida, qué tal todo
iríamos al grano, cómo te va la muerte

y contestaríamos con sinceridad: muy bien, gracias


UNA BARRICADA

construyo una barricada
a mi alrededor

he puesto juntos el armario y la cama
y la nevera tumbada a su lado

han enviado como negociador
a un repartidor de pizzas

es inútil oponer resistencia, me dice

es inútil oponer resistencia, afirmo

se va como un vencedor 
dejando una pizza de palitos de cangrejo

entonces viene un cartero: tiene usted
una carta certificada, firme aquí por favor

firmo, los dos sonreímos
la carta dice: es inútil oponer resistencia

no discuto, asiento amablemente:
no hay la más mínima esperanza

luego viene un mormón —conoces
el plan de Dios, me pregunta el mormón

lo conozco, es inútil oponer resistencia
digo, y el mormón murmura escaleras abajo

refuerzo la barricada: reparo las grietas
con chicle y periódicos viejos

llaman otra vez a la puerta, y otra

en la puerta están el repartidor de pizza
el mormón y el cartero

qué pasa pregunto

tienes razón, dicen, es inútil oponer resistencia,
no hay la más mínima esperanza

es por eso que estamos del mismo
lado de la barricada


LECTURAS DE POESÍA

fíjate sólo en qué bien lee:
qué voz tan expresiva, qué entonación tan adecuada,
los acentos lógicos marcados en rojo
con antelación: talentoso, demorado
tantea las emociones como un pianista

(me gusta cuando uno lee como
un funcionario de un juzgado —hoy en día sólo los poetas
y ese tipo de funcionarios leen así:
con un zumbido monótono, a sabiendas de que están condenados
a desperdiciar el tiempo con formalismos
necesarios para nadie)

pero escucha: tal parece que él mismo
vaya a romper a llorar de lo hermoso que es todo

una campana, un cura
y una iglesia entera para él
mientras en el rincón más lejano
se esconde el silencioso ratón de esta iglesia:
el poema

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