Sara Sampaio (Jerzy Szymik) El cuerpo de veinticuatro años de Sara Sampaio bendice Lisboa en agosto. El cuerpo de Sara de ocho pisos de altura reina sobre la ciudad blanca desde el exterior del centro comercial sede de la compañía telefónica y las grúas de los muelles de Olivais, expuesto a los ojos de todos como los cuerpos de los ladrones en las picotas medievales, los elencos de herejes durante el reinado español o los gladiadores medio desnudos de las arenas romanas de Olissippo. Y, como ellos, despierta deseo, terror, lujuria, abucheos e indiferencia, por turnos. Sara Sampaio es el rostro, las tetas y los muslos de Victoria’s Secret. En esta tarde plateada bajo el cartel con el cuerpo de Sara, que ofrece un rincón a la sombra, leo el Libro de Isaías en mi breviario: “No hay parecer en él, ni hermosura. Le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos” cuando una grúa se eleva para pegar otro cartel sobre el cuerpo de Sara Sampaio. Pero ya contábamos c
Taller de traducciones de Martín López-Vega